martes, 3 de abril de 2018

No es mío pero es para mi, gracias morocha..

El día que Quetzalcòalt devino en hombre.

 Atardecía en naranja  y entre múltiples obligaciones pense en donarme un momento...y fue así casi distraída en los todos y las nadas,  que nos son diarios,  se presento una serpiente emplumada  otrora dios y hoy y solo  por hoy vuelta en hombre...

En la gentileza que ocultaba  una feroz curiosidad hacia la mente humano decidió entablar charla conmigo...

Poco fue el tiempo en que su naturaleza adquirío supremacia y entonces los ojos de gentil humano color  a terraplenes y a  selva , se fijaron inmóviles e inquisidores...

Por un momento intente como siempre mantenerme en control, y humanidad mediante,  intentaba responder acertijos demasiado trascendentales para lo que se nos proponía como fugaz encuentro...

Duedécimas de  dimensional acorde,  interpelo mi ser y saber, sobre la naturaleza misma de las cosas, de los hombres, de las mujeres y del  tiempo...yo entre letárgica y espasmódica respondia desde de el campo que  me resulta cotidiano y cómodo, el de este occidental conocimiento...

Fue entonces cuando impiadosa y eterna aluneció al momento... perdida y sin respuestas amurallaba  en lejanía cada uno de los segundos, para que no tornacen en momentos...

Crujio la última de las murallas y entre plumas desfallecí por un momento...

"Lo simple es lo trascendente"  sentenció , sin pestanear siquiera y sin entrender que crecemos en lo complejo y lo complejo es ropaje, mientras la desnudez es la sencillez que nos aterra...

"No hay hay simpleza en la secillez" , sostuve mientras el corazón en sincro nos decía que ya es tiempo..

Me amanecí somnolienta, con más dudas que certezas, como son los mágicos momentos...

Y así fue como Quetzalcòalt devino en hombre y convivió una luna,  con una mortal de la tierra...

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